Pesca sí, petróleo no

La lucha de los hijos del mar

El 14 de enero del 2020 en el pueblo pesquero de Cancas- en el norte de Perú- por primera y única vez los pescadores no fueron a la mar, todos caminaron hacia la Panamericana Norte, la vieja carretera principal que recorre la región y el país, e iniciaron una gran protesta que duraría 19 horas y que en algunos momentos se tornaría heroica. Su objetivo era evitar que el buque perforador Stena Forth lleve a cabo la primera exploración de petróleo en aguas profundas realizada en Perú. 

El pedido era razonable: una actividad tan riesgosa pondría en peligro el ecosistema marino y la pesca artesanal, que no sólo es la principal actividad económica sino también su identidad, un aprendizaje ancestral transmitido desde épocas precolombinas.

Cancas- Canoas de Punta sal

Cuando la primera bomba lacrimogena estalló ya había crecido la noche, no había luz de luna ese martes de verano. Sólo la amarilla luz de los postes se esparcia debilmente por el pueblo. Los niños y sus perros huían aterrorizados hacia los cerros, trataban de llegar a ellos — por senderos cubiertos ya a esa hora de oscuridad— en busca de refugio. En otra dirección, hacia el mar, huyeron algunas mujeres, invadidas por el pavor, cargando con sus hijos corrían para no ser alcanzadas por los gases; la brisa marina les protegería del humo. Las ancianas y las embarazadas sufrieron más la retirada, algunas se desmayaron y el resto, las más jóvenes, las cargaron como pudieron hasta la arena de la playa, tibia en el crepúsculo, al pie del herrumbroso muelle del pueblo. Desde allí miraron con tristeza como las bombas tronaban en el cielo de su pueblo, poco a poco una bruma espesa rodeaba sus casas. En la plaza  se seguía escuchando el grito de los pescadores que aún resistían. Pero poco a poco los ruidos fueron acallándose y cuando sobrevino el silencio, tantas veces fatal en Latinoamérica, sintieron amargamente que el Perú, su país, era ancho y muy ajeno.

¿Cómo se empieza a narrar un conflicto social? ¿Se describe el olor de las lacrimógenas y cómo arden los ojos al contacto de su roce tóxico? ¿Se cuenta qué sintieron los abuelos, mamás, hermanas, hermanos y los hijos al ahogarse por el gas y el humo? ¿Se puede hablar sólo de números y datos fríos en un reporte periodístico? ¿Se empieza hablando de los policías que patean a los hombres y mujeres de un pueblo mientras los niños huyen asustados hacia cualquier parte? ¿Cómo se cuenta la lucha de una caleta contra dos enormes y poderosas petroleras transnacionales que en alianza con el Estado peruano ponen en riesgo todo un ecosistema marino?  Empecemos antes de las bombas… desde el núcleo del poder.

8:00 de la mañana, decenas de automóviles, camiones y buses interprovinciales permanecen detenidos por el paro de pescadores. Algunos viajeros deciden caminar hacia el final del pueblo. Foto/Leandro Amaya Camacho.

Es el 21 de marzo de 2018. Pedro Pablo Kuczynski, entonces presidente de Perú y ahora condenado a 36 meses de prisión preventiva por el presunto delito de lavado de activos, aparece en la televisión con cara de circunstancia, lo rodean sus ministros, es una transmisión donde todos adoptan una solemnidad visiblemente impostada. Kuczynski habla sobre cuatro asuntos, después anuncia su renuncia y pide que Dios bendiga al Perú. Una frase tan norteamericana como él. Luego guarda silencio, no hay flashes, no hay preguntas, el video termina.

Pero la despedida no era tan triste como parecía, ni tan desprendida, unos días antes Pedro Pablo había firmado cuatro decretos donde otorgaba a la petrolera Tullow Perú (Sucursal de Tullow Oil) las licencias de exploración y explotación sobre cinco lotes petroleros ubicados en los mares de Tumbes y Piura, en la costa norte de Perú. Kuczynski había realizado un acto similar en su juventud, hace cincuenta años se le  relacionó con la desaparición de la «Página 11», cuya perdida benefició con millones de dólares a la petrolera norteamericana International Petroleum Company. Aquella vez el joven Pedro Pablo huyó en un Volkswagen hacia Ecuador. Ahora, en esta ocasión, había firmado a escondidas para beneficiar a otra petrolera y luego irse empujadísimo del Palacio de Gobierno. En este país las cosas siempre pasan dos veces, o quizá tres.

El asunto era grave porque la cesión de estos lotes a la petrolera Tullow Oil, según los gremios de pesca, afectaba directamente a la actividad pesquera y al medioambiente. Además era sospechoso que los decretos hayan sido firmados con tanto secretismo y premura. Lo único que los gremios sabían era que la negociación había sido directa y llevada a cabo por PeruPetro. Por ello los pescadores de la Macro Región Norte salieron a protestar en defensa del Mar de Grau, y acataron un paro indefinido.

Entre los firmantes, aparte de PPK, figuraban Claudia Cooper, ministra de Economía y Finanzas, y Angela Grossheim ministra de Energía y Minas. Es necesario saber que Cooper fue asesora de Andino Investment Holding, una de las firmas que integró el consorcio Kuntur Wasi, encargado de la construcción del Aeropuerto Chinchero, proyecto controvertido y con serias denuncias por presuntas contrataciones irregulares que provocaron la destitución de Martín Vizcarra como ministro de Transportes y Comunicaciones; Vizcarra fue presidente del Perú luego de la caída de PPK y Cooper es presidenta de la Bolsa de valores de Lima y de la convención minera Perumin35.

Por su parte Angela Grossheim fue subgerente en ICPOWER, una de las más grandes empresas de energía en el país, que en el 2009 contrató los servicios de asesoría de Pedro Pablo Kuczynski quien les consiguió un financiamiento de 296 millones de dólares. ICPOWER  tiene serias controversias por supuestos lobbies y estar relacionada en los famosos casos del estudio de abogados Appleby (inscripción de empresas en paraísos fiscales que muchas veces sirven para evadir impuestos, lo que impide que el estado recaude más fondos en beneficio de sus ciudadanos). Es cuando menos llamativo que los involucrados de la firma de los decretos tengan estas relaciones.

mapa de los lotes petroleros

En este mapa se indica los mapas concesionados por Perupetro, gran parte del litoral norteño está en manos de empresas extranjeras. Imagen: PeruPetro.

Luego de descubrirse el problema de los lotes, el presidente Martín Vizcarra instó al diálogo y se comprometió a revisar los contratos. Los pescadores sintieron que habían logrado salvar el escollo y los involucrados en firmar el contrato siguieron sus vidas de la manera más normal, tal como siempre suele suceder en este país. Pero había algo que los pescadores no sabían, cuando se derogaron los decretos se comunicó que para evitar esas situaciones se mejorarían los mecanismos de participación ciudadana, o sea subsanando eso las empresas podrían operar en sus concesiones. Casi un año después, en mayo del 2019, luego de haber dictado unos talleres informativos la empresa Tullow Oil obtuvo nuevamente la licencia, y es aquí donde empieza nuestra historia.

Extranjeros han llegado a Cancas

 

Luciano Amaya, el hombre más viejo de Cancas, mira el mar y habla de los meros muriques. «Antes salía gran cantidad de meros así de grandes», dice y abre los brazos lo más que puede. El viejo sonríe cuando recuerda las épocas en que los cardúmenes de peces pasaban raudos por debajo de su balsilla.

—Yo sé dónde están las peñas, donde todavía hay harto pescado— Tiene las manos duras y la piel curtida, posee esa dureza que solo el golpe de las olas puede forjar. Cuenta que una vez un pescador llamado Juan Vite, o Juan Bravo para los amigos, pescó un mero murique con las manos.

Luciano ha pasado toda su vida pescando, sabe cómo es el frío y el sol en altamar, inclemencias que solo un viejo pescador puede soportar con arrojo y valentía. Y es que la mayoría de estos ancianos  canqueños han sido aventureros, osados y astutos, como un Odiseo perdido que, enfrentándose a un dios enfurecido, Neptuno, buscaban día a día la manera de ganarse la vida. En Cancas todos los niños aprenden a nadar a los 5 años, quizá menos, y van al mar cada tarde, ella es su madre, ella es quien les da vida y los protege. La relación mística con las mareas viaja de generación en generación mediante relatos, leyendas y episodios épicos que se quedan grabados en el imaginario popular. 

Los Canqueños descienden de los Sechuras, una cultura precolombina —muy solemne y orgullosa— conocedores del mar,  las corrientes, la pesca y el comercio. Fueron los primeros en libertarse del yugo español.

Los canqueños son gente buena y rebelde, su patrono es San Pedro y mantienen costumbres que en gran parte del litoral pesquero ya no existen. Los jóvenes aún no sospechan que, para sentar las bases del pueblo, los viejos como Luciano o Juan Vite, tuvieron que domar las olas y permanecer horas o días enteros entre las corrientes para conseguir una buena pesca y poder quedarse a vivir en ese calmado y bello pueblo, que a ratos en las tardes parece un lugar mágico y muy antiguo.

El 14 de enero del 2020, muchas décadas después, con las fuerzas gastadas y con casi 90 años encima, los viejos miran como la policía entra a su pueblo a punta de bomba y patada. ¿Tanto poder tiene esa petrolera? ¿Qué está pasando? Se pregunta Luciano, luego les grita a los policías que se larguen, que el mar siempre ha sido de ellos, que no tienen derecho, ellos nunca le han hecho mal a nadie. Impotente, con rabia en los ojos mira la noche más oscura de Cancas.

Luciano no entiende aún que hay dos transnacionales petroleras que son casi un obstáculo insondable, a las cuales no se puede parar fácilmente con una protesta. ¿Quiénes son esas petroleras? Son Karoon Gas y Tullow Perú (Tullow Oil), una es australiana y la otra inglesa, lugares muy lejanos al pueblo, lugares donde no saben que existimos, solo sospechan que acá en el lote Z-38 y Z-64 hay petróleo y punto.

Cancas es uno de los principales proveedores de especies marinas en  los mercados de la costa norte del Perú. Su pesca se comercia en Piura, Chiclayo, Lima, etc.  Su cercanía al ecuador le permite tener un clima cálido. Además es uno de los destinos turísticos con más proyección de la región norteña.

Para los pescadores la pesca no es solo una actividad económica, significa  una tradición, una conexión con la mar, a quien identifican como una madre o cuidadora. Según el Doctor en Ciencias Ambientales Martín Amaya Ayala,  férreo opositor a la explotación petrolera, un derrame de petróleo en el mar de Cancas sería nefasto e irreversible. 

¿Pero quiénes son estas transnacionales? Tullow Oil tiene una larga historia, ha explotado petróleo en Uganda y Kenia, ha extraído petróleo en reservas naturales entre las que se encuentra el Parque Nacional Murchison Falls donde existe una gran diversidad de especies como leones, búfalos, elefantes, etc. En su momento muchas organizaciones ambientales se opusieron y pretendieron parar la perforación de pozos en las zonas reservadas, su voz no fue escuchada y los proyectos siguieron adelante. ¿Cómo un país permite que se explote en un espacio protegido? pues la respuesta es simple y la da Kizza Besigye, un líder opositor de la dictadura Ugandesa:

«Pese a sus violaciones de los derechos humanos, el presidente Yoweri Museveni –quien lleva 25 años en el poder- cuenta con plenas simpatías de la comunidad internacional, sobre todo, gracias a sus amables políticas petrolíferas (la británica Tullow estima en 3.500 millones de barriles las reservas de crudo del país)». Estas declaraciones las dio para el diario ABC luego de haber sufrido un intento de asesinato. Es decir, el petróleo está manchado con sangre y esconde oscuros secretos.

Otra denuncia por parte de opositores y ambientalistas es la siguiente:

“Existen serias preocupaciones acerca de la falta de transparencia en los procesos de licitación y en la firma de los acuerdos productivos, así como sobre la corrupción generalizada en todo el entorno del sector. El secretismo sobre los detalles de los acuerdos de producción –Production Sharing Agreements- entre gobierno y empresas, que no han trascendido al público y cuyo acceso se dificulta enormemente, ha generado altos niveles de incertidumbre y desconfianza ante la gestión gubernamental.”

¿Esto les parece conocido? Así es, se parece mucho al Perú.

Otra gran preocupación que rondaba desde el 2004 en los ugandeses era la destrucción de la industria turística, siendo este el sector que más réditos le genera al gobierno de Uganda. ¿Esto también les parece conocido? Sí, en el norte peruano hay dos actividades principales: La pesca y el turismo.

Después de 16 años las promesas de progreso que podría traer la industria petrolera al país africano nunca se concretaron; el incipiente avance que ha logrado Uganda ha sido gracias a la ayuda de donaciones internacionales, aunque las brechas sociales siguen siendo enormes. Esto podemos verlo más claramente en lo que describió el estudio Rightin resource- curse wrongs in Uganda:

 

“Al argumento de la maldición de los recursos le falta un factor, esto es, que la verdadera fuente de la maldición no es el recurso natural, sino la mala gestión económica y política”.

Es decir que al final el pueblo sigue siendo el pueblo, ellos son quienes aguantan los pasivos ambientales (o posibles derrames), mientras las élites llenan sus arcas luego de transar a sus espaldas.

Pozo petrolero en Uganda. Los pasivos ambientales en el país africano son de mucha gravedad.

Tullow Oil ha sido cuestionada por extraer petróleo en reservas nacionales y no respetar las normas ambientales de los países donde ha operado. 

Karoon Gas indicó que había dictado talleres a la población de Cancas para informarles sobre la perforación, pero los pescadores dicen que esa versión es engañosa. 

En Perú la pelotrela Tullow, aparte de los 6 lotes, tiene un 35% de participación en el pozo Z-38, donde se encuentra ubicado el prospecto Marina 1x. Es en este punto que entra Karoon Gas, pero ¿quiénes son ellos y qué es Marina 1x? Karoon Gas es una petrolera australiana que opera en el lote z-38 desde el año 2009. En una entrevista para la revista Gas y Petróleo, en el año 2014, su gerente Tim hosking declaraba que una política de la empresa era empoderar a las comunidades cercanas al proyecto y su prioridad era mantener una fuerte comunicación con ellas. Al parecer esto no es tanto así, y lo demuestra el paro del 14 de enero del 2020 donde los pescadores denunciaron que los talleres que Karoon Gas había dictado no tuvieron una gran difusión y la asistencia era mínima (aprox. 15 personas). Además, declaran que desde la llegada de las petroleras ha surgido una gran división entre los pescadores y el pueblo en general; hacen fuertes acusaciones de dirigentes que posiblemente han recibido dinero por parte de la empresa para tomar una posición a favor de la explotación de hidrocarburos. Uno de los dirigentes acusados por los pescadores artesanales, en una reunión posterior a la protesta, dio información falsa al decir que los organizadores del paro en Cancas no eran pescadores artesanales sino bolicheros (pesca de arrastre) que buscaban otros objetivos.

La danza del petrolero

Hablemos de cifras e historia nacional. El Perú fue el primer país latinoamericano en perforar el suelo para buscar petróleo. Eso lo sabemos todos los que hemos crecido en Tumbes, región del noroeste peruano, porque desde pequeños nos hacen cantar de paporreta que Contralmirante Villar Zorritos es del Perú su hija predilecta / por el petróleo que brotó de su suelo/ en el primer pozo de Sudamérica. Cuando uno es chico lo canta orgulloso, casi a los gritos, sin cuestionarse. Pero 150 años después de eso, con la pobreza, la educación, el acceso a servicios básicos (en Canoas de Punta Sal la mitad de centros poblados no cuenta con servicio de agua y nadie tiene servicio de desagüe) y la salud en cifras alarmantes es válido preguntarse en qué ha ayudado el petróleo a los pueblos de Tumbes.

Según la Asociación de Contribuyentes del Perú el canon y sobre canon no se gasta en proyectos de alta envergadura, lo que ocasiona la existencia de redes de corrupción; en promedio a cada municipalidad provincial y distrital sólo recibe 3.3 millones de soles. En los últimos diez años el 50% del canon se usó en proyectos menores como: pintado de la municipalidad, gasolina para los autos estatales, pistas, veredas o consultorías pequeñas.

Un ejemplo de inversión extraña es Talara, uno de los baluartes de la explotación petrolera en el perú. En el 2015 invirtió el 20% del canon en orden público y seguridad, pero en el sector saneamiento, vivienda y desarrollo tan solo destinó el 3%. ¿Por qué hicieron eso? ¿Saben que Talara lleva más de 30 años sufriendo problemas de agua potable? ¿Podemos hablar que Talara ha progresado a lo largo de todos estos años? ¿Es acaso progreso que las regalías petroleras en el Perú sean de un 5% y con suerte 20%, teniendo una de las tasas más bajas de Latinoamérica? En el 2017 el canon y sobre canon significó tan sólo el 6.7% del presupuesto de los gobiernos regionales. Actualmente, en Arequipa, 5 proyectos petroleros han sido denunciados por presunta contaminación ambiental.

Además, es necesario saber el gasto de 200 millones de soles que hará el estado para revertir los efectos de los pasivos ambientales dejados en los pozos T5027, T4833, T4647, T5028 T2991 Y T4788. Es redundante decir que las empresas han evadido responsabilidades.

 

Para acercarnos más a Cancas sepamos que actualmente recibe menos de 5 millones de soles por canon. A los canqueños no se les convence fácilmente. Hay antecedentes con el derrame de petróleo ocurrido en la época de operaciones de la empresa BPZ, donde la petrolera mintió al decir que sólo se había derramado el 40% de un barril cuando en realidad habían sido 11,9 barriles según el peritaje de la Dirección General de Capitanías y Guardacostas (DICAPI).

Otro dato punzante es el coincidente alejamiento de la pesca cuando se emplea la sísmica para buscar hidrocarburos (en el 2019 con el uso de esta práctica se han alcanzado 63 km en la zona de operaciones). Para finalizar podemos citar las conclusiones de la investigación llevada a cabo por el portal de noticias ambientales Mongabay, donde detalla que en diez años se han derramado aproximadamente 9743 barriles de petróleo en “todo el territorio del país (mar y tierra), es decir, 1 549 137 litros, lo que equivale al agua que transportan unos 310 camiones cisternas”. El 88% de derrames ha ocurrido en la Costa Norte, o sea frente a Cancas y demás pueblos tumbesinos.

 Pero aun así el director de Perupetro, Seferino Yesquén, declara lo siguiente:

 “Hay gente que acepta, pero el rechazo no viene por la industria, sino por las cosas que le está haciendo falta a las comunidades (como) agua, luz; en algunos sitios hay oposición por falta de información, por cuestiones dogmáticas”.

Lote Z-38 y Marina 1

Ahora que ya sabemos algo vayamos al lote Z-38, la más reciente novedad en la industria petrolera local e internacional, ubicado en el Zócalo Continental, frente a las costas tumbesinas y donde se presume hay 1,680 millones de barriles de petróleo. Las petroleras que operan en esta zona son: Karoon (40%), Tullow (35%) y la coreana Pitkin (25%).

La exploración del lote obtuvo luz verde en septiembre del 2018, en contrato directo y considerándose innecesaria la consulta previa según el decreto que la autorizó. No importó mucho que el pueblo de Cancas, uno de los principales afectados, haya basado por generaciones a la pesca como principal actividad económica (hace cuatro décadas se ha adoptado el turismo).

Al año siguiente, en agosto del 2019 Perupetro en un comunicado oficial anuncia que Karoon gas se encuentra en negociaciones de alquiler con un buque perforador – el Stena Forth, barco que ya ha perforado en Guyana – para que actúe en el pozo Marina 1, donde se prevé hay 256 millones de barriles de petróleo, y 102 millones de esa reserva son para Karoon Gas. Esta es pues la primera chispa del conflicto.

Son 20 pozos en total los que se explorarán. La principal duda que surge es qué se hará si ocurre un desastre, es sabido que en la actualidad no se cuenta con la tecnología suficiente para mitigar con rapidez un derrame en altamar, tal como se evidenció en Deepwater Horizon donde 900 millones de litros de petróleo se esparcieron por el mar y la plataforma ardió por dos días enteros, este fue considerado el derrame más grande en la historia de los EE.UU.

Según el director de pesquerías de la Organización Oceana, Juan Carlos Sueiro, el Perú no está preparado para atender alguna emergencia submarina. Un punto preocupante de la exploración off shore es la afectación que sufren los peces, mamíferos y demás especies por el uso de la sísmica (2d y 3d) que es realizada para detectar la presencia de hidrocarburos. Según Yuri Hooker, en esta parte del mar de Grau se ubica el 70% de variedad biológica total y existen especies únicas en el mundo por lo que la exploración y explotación de hidrocarburos es una actividad incompatible con el ecosistema.

Aún con toda esta data, la enclenque defensa de quienes apoyan el proyecto es que la exploración está fuera de las 5 millas donde no hay pesca artesanal, y esa es una equivocación grosera, claro que existe pesca artesanal a esa altura, por ejemplo el Banco de Máncora está ubicado a 40 millas de la costa.

El EIA (estudio de impacto ambiental) que ha entregado Karoon Gas es muy cuestionable en varios puntos. Y esto sumado a la nula consulta con las comunidades cercanas generó el estallido de un conflicto social y el llamado a un paro indefinido en toda la Macro Región Norte. Un dato que llama mucho la atención es la actitud displicente y poco tolerante del gerente de Perupetro, Seferino Yesquén, en una reunión posterior al paro. Cuando un abogado representante de la «Junta vecinal del balneario de Punta Sal» le consultó sobre las garantías que existían ante un posible derrame, Yesquén respondió que no tenía información acerca de ese tema. «No puedo responderle de las garantías, porque no lo sé». Si quien negocia directamente no sabe de eso, entonces qué podemos esperar. Luego añadió que todo era desinformación, que el petróleo podía convivir con el turismo. ¿Bajo qué pruebas? Creo que tampoco sabía eso, pero acá le aclaramos. Uno de los ejemplos es Canarias,, donde todos los empresarios hoteleros y habitantes se opusieron tajantemente a la explotación de petróleo por parte de la gigante Repsol. Si queremos cifras podemos ver a México, en el 2017 el turismo generó 40% más divisas que el petróleo. Y si queremos saber de desastres podemos voltear a vista a Florida, un gran daño ambiental producto del derrame ocurrido en el Golfo de México. ¿Creo que ya estamos algo más claros? Después el señor Yesquén invocó a SENACE (Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles), que si bien es cierto es una institución importante que evalúa y aprueba los EIA (estudios de impacto ambiental), no siempre ha acertado (véase el caso del proyecto Hidrovía Amázonica). No contento con eso dijo que quienes debían estar preocupados por el EIA son los técnicos y no un abogado (el poblador que preguntó ejerce esta profesión; y ya que Yesquén habla de técnicos, cabe preguntarse qué hacia aquel día un general de la policía en la mesa de diálogo ¿?), lo cual deja en evidencia dos cosas: a Yesquén poco o nada le importa que los pescadores o cualquier ciudadano de a pie pueda acceder al contenido del EIA, porque presumiblemente juzga que no va a entenderlo, y segundo la total falta de intención para comunicar las cosas por parte de las autoridades. Es quizá por estos motivos que ha surgido este nuevo conflicto social.

Buque perforador Stena Forth /Foto: verdemar

La noche más oscura

A la una de la mañana un grupo de pescadores se reúne frente al muelle de Cancas, se sientan en la vereda y deciden todo lo que harán. Es una noche cálida, el cielo está claro y el mar suspira despacio detrás de las casas. Los hombres caminan a la carretera y ponen palos, piedras y llantas. Allí esperan el amanecer. Cuando el día llega y el mundo estalla en colores, ellos siguen allí, aguardando. Son muchos, están decididos, tienen el gesto duro y enérgico de quien está acostumbrado a luchar con los elementos. Allí nadie va a retroceder. Conforme pasan las horas se unen más pobladores, ya no son solo pescadores, hay profesores, vendedores, madres, estudiantes, ingenieros del pueblo y estibadores. Todos están seguros de lo mismo, todos tienen una consigna: Pesca sí, petróleo no.

Un pescador se acerca a hablar con la policía para explicarle el motivo de su reclamo. Foto/Leandro Amaya

A las 9 de la mañana empieza a llegar la policía, una institución que siempre ha sido lejana al pueblo y sus habitantes. Envían a un vocero que dialoga con los manifestantes, también está allí el subprefecto, les piden que se retiren, que ya se hablará luego. La gente se enfada, están cansados de esperar y ser ignorados, llevan generaciones siendo pasados por alto. Un hombre grita que a la mar se le defiende, no se le vende. Otro, un hombre calvo, que parece ser el más activo en la lucha, explica que ellos sólo quieren hablar con las autoridades competentes para que su voz sea escuchada y no se perfore en el mar. El policía lo mira y dice que él no podrá solucionarles nada y que por favor circulen. La gente le increpa su respuesta, el uniformado da marcha atrás. El sol está alto, la luz cae sobre los rostros de los hombres y mujeres que levantan sus puños al cielo. Media hora después aparece el primer pelotón de la USE comandado por el Teniente Olivos, quien tiene la cara de un hombre que está acostumbrado a seguir órdenes, alguien enojado e irascible que ha perdido toda voluntad y libre albedrío. Un pescador se acerca a hablarle y pedirle que por favor traigan a una autoridad, pero el teniente no está dispuesto a hablar, los mira y luego gira hacia su batallón de hombres que no brillan con el sol como si brillan los pescadores con su reclamo justo. La orden de Olivos es explícita: alguien enojado e irascible que ha perdido toda voluntad y libre albedrío. Un pescador se acerca a hablarle y pedirle que por favor traigan a una autoridad, pero el teniente no está dispuesto a hablar, los mira y luego gira hacia su batallón de hombres que no brillan con el sol como si brillan los pescadores con su reclamo justo. La orden de Olivos es explícita: alguien enojado e irascible que ha perdido toda voluntad y libre albedrío. Un pescador se acerca a hablarle y pedirle que por favor traigan a una autoridad, pero el teniente no está dispuesto a hablar, los mira y luego gira hacia su batallón de hombres que no brillan con el sol como si brillan los pescadores con su reclamo justo. La orden de Olivos es explícita: sáquenles la mierda.

Y estalla la primera bomba. Gritando como en una guerra avanzan los policías. Los niños que descansaban tranquilos en los corredores de las casas vecinas se asustan y corren hacia los corrales, pero el humo y el gas pimienta igual los alcanza. Las mujeres gritan y los hombres se dispersan, pero vuelven a la carga cuando ven a los policías patear a ancianos y a sus compañeros pescadores.

Son más de diez bombas las que lanzan en menos de 5 minutos. Del flanco izquierdo, por la entrada del muelle aparece un hombre a quien llamaremos V.  es bajito, flaco, pero hay algo duro en él. Lleva el puño levantado. Un uniformado le dispara una bomba lacrimógena al cuerpo, pero el hombre sigue avanzando, el mar ruge detrás de él, no se para, no cae, sigue con el puño en alto, le disparan un perdigón, pero ahí sigue con su furia de pescador, con esa cólera desatada de los hijos del mar. Cinco perdigones le descargan en el cuerpo y no pueden detenerlo. El hombre coge dos piedras y las avienta con toda su rabia. Como el Canto Coral a Tupac Amaru, le disparan y no podrán tumbarlo, grita libertad sobre la tierra. El hombre avanza hacia la carretera y la recupera del resto de policías, detrás de él todos los hombres gritan esa bella frase que dice que el pueblo unido jamás será vencido. Los policías retroceden. Las mujeres y niños lloran por las bombas, un viejo pescador, Balto Fiestas, les dice a los policías que la fuerza no era necesaria, nadie allí había actuado mal, nadie había sido violento. Los policías no hablan. Alguien trae una bandera del Perú, es CH. y señala a los policías mientras la sostiene. Para los canqueños era increíble que los hayan atacado, somos peruanos también, gritan. Olivos no habla, no responde a ninguna pregunta y decide marcharse. El conflicto había empezado.

Policías avanzan contra pobladores de Cancas. Foto /Leandro Amaya Camacho

¿Qué pasó ese día en Cancas? ¿Por qué la polícia aplicó una represión brutal?    Foto/Leandro Amaya.

Dicen que los canqueños vienen de los sechuras, un pueblo guerrero y pesquero del norte peruano debe ser por ello que resisten tanto. Son 3 ataques los que vienen después, más policías han llegado, ahora son más de cien, pero igual son repelidos.  Los canqueños han traído una chalana a la carretera y se han subido en ella, la bandera del Perú ondea con ellos. Siguen pidiendo que su voz sea escuchada, quieren una autoridad, quieren que les garanticen algo. Pero les responden con gases, bombas y perdigones. Por fin, en la tarde llega el fiscal de prevención al delito, pero no dice gran cosa y el paro sigue. En el pueblo se corre la voz de que más pelotones de policías están llegando. Una mujer grita que su único delito es defender el mar de no ser contaminado. Muchas mujeres han corrido a la playa para refugiarse de los gases lacrimógenos, algunas embarazadas se han desmayado y han tenido que ser cargadas hasta la orilla del mar. Los niños están confundidos, muchos en estado de pánico. Nadie se explica cómo la situación pudo cambiar tan drásticamente, nadie entiende la represión tan brutal por parte de la policía. Ch., un pescador local, cuenta que se le acercó a un policía para pedirle que no tire bombas por los niños, porque podían ahogarse y morir. La respuesta que recibió fue increíble: Que se mueran, pues.

Cuando el sol estaba muriendo, llegó el Defensor del Pueblo. Los pescadores hablaron y accedieron a dar una tregua. Fue en ese instante que aparecieron desde atrás, por la espalda, más de 200 policías, tirando bombas a diestra y siniestra. El cielo rojo se encendía detrás de los cerros, los últimos gallinazos cruzaban hacia los arboles blancos. El sonido de la primera bomba fue atronador, las mujeres y los niños corrieron hacia cualquier lado. Los pescadores fueron tomados por sorpresa, nadie esperó ese ataque. Así llegó la noche, y nadie vio más. Las bombas eran arrojadas a las casas y los policías pateaban y disparaban perdigones a los pescadores. Habían tomado Cancas, eso fue una carga, habían batido al pueblo.

 

A los cerros huyeron los niños. En un video se puede ver como corren hacia las alturas y una de ellas grita aterrorizada que apaguen las luces porque los policías pueden verlos. ¿Quién responde por el shock que estos niños sufrieron? ¿Qué entidad estatal se ha manifestado por el maltrato hacia las mujeres y niños canqueños? ¿Qué medios han informado de la masacre que sufrieron ese día? ¿Acaso no eran ellos peruanos? ¿Acaso no murieron nuestros héroes defendiendo el mar y el resto de nuestro territorio? ¿Desde cuándo la policía ataca a su propio pueblo? Al mar también fueron a refugiarse todos los que habían sido atacados, la brisa los envolvió en su manto y les libró del ahogo. El asalto duró más de dos horas. Cuando terminó sólo quedaba la confusión.

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Los familiares de los pescadores, ancianos, mujeres y niños golpeados denunciaron mediante redes sociales. Esta noticia no fue cubierta por los grandes medios a nivel nacional. Nube Roja fue el único medio que informó y estuvo en el lugar de los hechos. Fotografías/redes sociales.

Después de todo lo que sabemos, de todo el daño que puede causar la extracción de petróleo en el mar, es necesario abandonar toda posición neutral y reconocer la lucha de los pescadores como una lucha justa. Es increíble la represión y el nulo diálogo del estado con estas personas. En el Perú los conflictos sociales estallan porque las autoridades nunca escuchan la opinión de las comunidades afectadas.  Hasta la fecha no ha existido ninguna declaración por parte de la Policía Nacional del Perú, Gobierno Regional de Tumbes, Ministerio de la Mujer, Ministerio de Energía y Minas y de Martín Vizcarra, presidente de la república, simplemente allí no pasó nada.

El 24 de enero, diez días después de la protesta, el Stena Forth llegó a las costas tumbesinas para empezar la perforación del pozo Marina 1x. Los canqueños lo vieron desde la playa, se veía lejano, iba rompiendo el horizonte azul; un muchacho, hijo y nieto de pescadores, escribió en su Facebook que tenía mucha tristeza de ver cómo perdían su mar. Pensaba probablemente en las ballenas, los delfines, los meros y los peces, las tardes de fútbol en la orilla del mar, y toda la vida allí vivida, y en todos los que habitan ese pedazo de mundo que es suyo y no ajeno.

*Esta crónica está dedicado a mi abuela Marina Ayala, fundadora del pueblo, quien siempre amó a Cancas y fue bondadosa con todos los que allí habitaban. Por las tardes ella solía pararse frente a las puertas del mar, le gustaba observar la belleza de los atardeceres. Es triste que hoy un pozo petrolero, que puede ser la antesala de la destrucción, lleve su nombre.

Cancas, 1993. Cancas, 1993. Perú. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de Piura. Director de la revista Nube Roja. Ganador del premio mundial de periodismo Young Journalist Award 2020 organizado por Thomson Foundation y FPA (Foreign Press Association London), fue elegido como el Periodista Joven del 2020. Fue becado por Sembramedia para ser parte de su programa Sembra Educativo de capacitación a periodistas a nivel de Latinoamérica. Fue uno de los ganadores del concurso periodístico Perú Se Reactiva organizado por la Sociedad de Comercio Exterior del Perú y Scotiabank. Finalista del premio de fotografía de conservación «Naturaleza que Cuida» organizado por Forest Trends y USAID. También Dirigió y fundó la revista cultural Malos Hábitos(publicación que fue seleccionada por el Ministerio de Cultura de Perú para participar en la 1ra edición de la feria La Independiente). Sus textos han sido publicados en el Perú y el extranjero. Recibió la Medalla Institucional de la Universidad Nacional de Piura, alta distinción otorgada por sus méritos periodísticos a nivel internacional.

 

Leandro Amaya Camacho

director y cronista de REVISTA NUBE ROJA

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