VACUNA CLUB

El ex presidente Martín Vizcarra, altos funcionarios, empresarios farmacéuticos, diplomáticos, ministras de salud y hasta un Nuncio Apostólico, se ven envueltos en el escándalo sanitario más grande en la historia del Perú.

487 personas se vacunaron en secreto. Perú es el quinto país latinoamericano con más fallecidos por covid-19.

306 médicos han fallecido en prímera línea

En las películas sobre el fin del mundo siempre hay un antagónico que hace lo imposible para salvarse, no importa si causa la muerte de sus camaradas, él avanza, empuja a los incautos hacia los zombis, paga millones de dólares para ir a un bunker, roba el último bote salvavidas, se vacuna en secreto durante una pandemia que asola al mundo- un momento, esto ya no es ficción, ha sucedido en Perú-; fueron 487 personas, un presidente con sus altos funcionarios y empresarios influyentes, los que en medio de la crisis sanitaria más grande en la historia del país decidieron saltarse toda la cola de espera y vacunarse a puertas cerradas. Mantuvieron el secreto durante casi 5 meses y afectaron aún más sus maneras para dirigirse a sus compatriotas.

El ex presidente Martín Vizcarra aparecía sumamente conmovido durante sus discursos del mediodía, pedía a los peruanos no bajar la guardia, nos llamaba a forjar un futuro juntos, aparentemente desanimado por las intenciones de vacancia del Congreso repetía: “Habiendo tanto trabajo vienen a distraer y confrontar”. El 07 de octubre, cinco días después de haber recibido la primera dosis de la vacuna Sinopharm, Vizcarra anunció la aprobación de un decreto de urgencia que permitía dar un adelanto al mecanismo COVAX FACILITY. Según sus cálculos en el primer trimestre del año 2021 empezaría el proceso de vacunación, puso énfasis en estas palabras: orden de prioridad a quienes corresponda. Eso, por supuesto, no se cumplió.

Por aquellos tiempos el doctor Germán Málaga, investigador y responsable del ensayo fase 3 Sinopharm, aparecía en los medios más grandes del país como un héroe de la ciencia peruana, hoy balbucea teorías increíbles sobre la decisión de vacunar a los 487, entre ellos su hija que retornó de Europa tan sólo para recibir la vacuna. Pero vayamos al principio de la cola del lagarto.

            Desde el inicio de la pandemia buscar la vacuna ha sido la prioridad en todo el mundo, los procesos de investigación se aceleraron. En una carrera contra la muerte y el tiempo los científicos lograron descifrar el modo de detener el avance mortal del virus: ahora 8 vacunas son la esperanza del hombre. Al Perú llegarán 3 de ellas, 38 millones de dosis en total, la primera es Sinopharm, producida en China y con un 79,34% de efectividad. Hasta el momento ya se ha cumplido con la entrega de 300, 000 de ellas, y 700, 000 siguen sin salir del almacén; llegaron en dos lotes, fueron destinadas para el personal de primera línea (médicos, enfermeras, militares, bomberos, personal de limpieza, internos de salud y miembros de mesa), aunque es cuestionable que se haya dejado fuera de ese grupo a los adultos mayores, porque en Perú 2 de cada 3 fallecidos por covid-19 son ancianos, la letalidad es 8 veces más que en adultos, es como dejar a dos de tus amados abuelos en medio de un campo de guerra.

Cuando la vacuna arribó hubo hurras, vivas, videos emotivos, cotillón, coberturas estelares, cientos de militares custodiando su llegada- ¡hasta un GPS donde seguías en tiempo real la ruta del avión! –; se había logrado. La constancia y trabajo de las autoridades peruanas había marcado un hito histórico, la tierra del indómito inca, de ricas montañas, hermosos valles, ríos quebradas, se apostaba para vencer al virus. La Ministra de Salud, Pilar Mazzetti, saludaba con total autosuficiencia.  Seré la última en vacunarme porque el capitán se queda hasta que el barco se hunde, pronunció con el pecho henchido de orgullo. Pero detrás de todo el entusiasmo apareció Efialtes, y los medos pasaron.  La traición, compañera intrínseca de la humanidad, asomó con su bolsa tintineante: un grupo selecto se había vacunado entre octubre del 2020 y enero del 2021. Existían 3.200 dosis de “cortesía”, y 487 de ellas fueron acaparadas por la clase gobernante del Perú que abusando de su poder se vacunó en secreto. En octubre fallecieron 1994 peruanos por Covid-19, hoy la cifra oficial muestra más de 44 mil fallecidos, 306 son médicos que lucharon contra el virus en primera línea, para ellos nunca hubo posibilidades.

Entre los vacunados clandestinamente figura el ex presidente Martín Vizcarra- trató de hacerse pasar por voluntario pero fue desmentido por la misma Universidad Peruana Cayetano Heredia-, la ex ministra de Salud Pilar Mazzetti, la ex ministra de Relaciones Exteriores Elizabeth Astete, Arturo Jarama director de Ciencia y tecnología del Ministerio de Relaciones Exteriores, y muchos más involucrados en lo que es el escándalo de salud más grande de toda la historia peruana.

"Seré la última en vacunarme porque el capitán se queda hasta que el barco se hunde"
Pilar Mazzetti
Ex ministra de Salud

Noveno Círculo

En agosto del 2020 se iniciaron los preparativos para el ensayo clínico fase 3 de la vacuna china Sinopharm, la encargada del estudio fue la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH). Un mes después recibió 24,600 dosis para poder desarrollar el estudio. Por un documento enviado al Instituto Nacional de Salud sabemos que la universidad también solicitó el 26 de agosto del 2020 un lote extra de 3200 vacunas para proteger al personal relacionado con el ensayo. Doscientas de estas dosis fueron para la Universidad Mayor de San Marcos y 1800 se quedaron en la UPCH. Es aquí donde empiezan los problemas. Hay 487 personas- entre las que se encuentran el presidente, sus familiares, altos funcionarios y empresarios- que recibieron la vacuna en secreto y fuera del ensayo clínico, lo cual atenta claramente contra los estándares internacionales y las normativas nacionales; además de ser una grave falta a la ética y moral, los implicados deberían afrontar responsabilidades penales.

Según Hugo García, coordinador del ensayo clínico, no ha existido una administración irregular de las vacunas tan sólo ‘errores de juicio’. Por su parte la UPCH publicó dos comunicados donde deslinda su responsabilidad en la vacunación de las personas que no eran cercanas al estudio, pero dos de los beneficiados- el ex viceministro de salud Luis Suárez Ognio y Ciro Maguiña (férreo defensor de la Ivermectina)- han admitido que fue personal de la universidad quienes pusieron la vacuna a su disposición. El propio jefe del programa de los ensayos clínicos de Sinopharm e investigador principal de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Germán Málaga, ha declarado que el ex presidente Martin Vizcarra le pidió ser vacunado junto con su esposa. Como no vio nada de malo en esa petición lo ‘hizo sin ningún cálculo o interés, como un acto de buena fe’, y añadió que no se debería hacer un show por el tema de las vacunas. Al parecer nadie le ha explicado ciertos criterios fundamentales en la ética profesional, más aún cuando su propia hija (no pertenecía al ensayo) fue vacunada porque quería ver sin restricciones a sus abuelos.

Hay otras dos explicaciones que gravitan entre lo real maravilloso, la primera es aquella sobre la vacunación de la empresaria Cecilia Blume Cillóniz: aparentemente ella ayudaría en la construcción de una Unidad de Cuidado Intensivos (?). Recordemos que Blume Cillóniz está seriamente involucrada en el caso ODEBRETCH y OAS por hacer lobbies a favor de estas empresas. Tal vez podamos trazar un camino a partir de allí.  La segunda explicación es aquella que involucra a César Loo, dueño de un chifa (restaurante de comida oriental), quien fue vacunado por un motivo insólito: los investigadores chinos se habían cansado de la comida rápida, estaban hartos de Burger King.

Me pide [Vizcarra] que al día siguiente le envíen, en realidad me pide dos vacunas y al día siguiente voy"

Germán Málaga ha aceptado que Martín Vizcarra le pidió dos vacunas, para él y su esposa. Fue hasta Palacio de Gobierno para aplicárselas. Posteriormente también inmunizó a César Vizcarra, hermano mayor del ex presidente.

Foto: Ministerio de Salud.

 El grupo de los 487 es sumamente variopinto: socios de clubes de fútbol, la joven hija de una periodista, el hermano del ex presidente, dirigentes sindicales, empresarios poderosos, dueños de laboratorios farmacéuticos y hasta un Nuncio Apostólico. Dios nos ampare. Es algo improbable que ellos hayan tropezado de casualidad, como quien no quiere la cosa, con la atractiva posibilidad de vacunarse

Pilar Mazzetti recibe a la delegación China.

El 02 de octubre fue el día que el presidente Martín Vizcarra junto con su esposa recibieron la primera dosis en Palacio de Gobierno y el 28 de octubre completaron el tratamiento. Estaban aparentemente libres del virus, pero no de la verdad. Fue el mismo Vizcarra, según una investigación del periodista Carlos Paredes, quien alardeaba constantemente sobre este hecho. Paredes añade que dos de sus ministras sabían lo sucedido: Antonieta Alva Luperdi y Rocío Barrios. Es válido recordar que Antonieta Alva (Tony para los amigos), ex ministra de economía, fue seriamente cuestionada por su plan Reactiva Perú –claramente en beneficio del gran empresariado- y su férrea oposición a la devolución de los fondos de pensiones a los aportantes de las distintas AFP’s y la ONP.

El silencio insondable que ha guardado la élite de poder ha sido tomado por la opinión pública como una grave falta hacia el derecho fundamental de la salud. Esto claramente se evidencia en las indolentes declaraciones de la canciller Elizabeth Astete- recibió la primera dosis, pero luego del escándalo no pudo aplicarse la segunda- quien dijo: “No podía darme el lujo de enfermarme”. Contraer el virus no es un lujo, todo lo contrario: es suplicio, martirio y en muchos casos el golpe terrible de la muerte. Las personas que acampan fuera de los hospitales precarios, rogándole al universo, aferrándose a esperanzas muchas veces lejanas mientras esperan a sus familiares, no estarán de acuerdo con las declaraciones de la ex ministra de relaciones exteriores.

Comunicado de la Universidad Peruana Cayetano Heredia para deslindar responsabilidades en el proceso de vacunación.

Para el epidemiólogo Mateo Prochazka un ensayo clínico con placebo era injustificable si ya se tenía confianza absoluta en la efectividad de la vacuna, era privar a los otros voluntarios del beneficio de estar protegidos ante un virus letal. Incluso una de las voluntarias para las pruebas de Sinopharm, a quien se presume se le aplicó el placebo, murió por Covid-19.

Señor(a) ministro de Salud: ¿Qué hacer?

Decía Scorza que el Perú era una patria tristísima donde aún en los dulces frutos encontró carbones encendidos. Vallejo preguntó a todos los ministros de Salud qué hacer. Es cierto… ¿qué hacer? ¿doscientos años es acaso una fecha de caducidad para países como el nuestro? El actual ministro de Salud Óscar Ugarte en su anterior gestión alentó el monopolio por el oxígeno medicinal y esto en la época de pandemia ha traído consecuencias trágicas, ahora acepta que fue un error inocente, sin intención pues en su época ‘el oxígeno no era relevante’. También estuvo involucrado en el posible favorecimiento a la empresa Denti-Lab con contratos millonarios durante el apogeo de la gripe H1N1. Hoy, fiel a su costumbre privatizadora, declara que los peruanos compren sus vacunas en farmacias, ignorando el derecho universal a la salud. ¿Le dará la autorización al mismo sector que subió astronómicamente el precio de los medicamentos, mascarillas, pruebas de descarte y atención médica en los días más álgidos de la pandemia? Si pudiera, sí. Así de simple, así de sencillo, querido Vallejo.

¿Qué hacer ministra Patricia García? Mediante una llamada al programa que ella conduce en el canal del estado (TV PERÚ) una ciudadana le pide, con la voz quebrada, su renuncia inmediata. A usted la admiraba profesionalmente, musita la anciana, su tono deja ver que la rabia ha sido reemplazada por la pena. García, ex ministra de salud en el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski y cuyo nombre también aparece en la lista de los 847, sólo atina a mover la cabeza, parece impasible, pero un observador agudo podría deducir que hay una terrible impostura en sus gestos. No es capaz de procesar el deshonor que se cierne sobre ella, sonríe hasta que la imagen se funde lentamente a negro. Al día siguiente fue separada para siempre de su programa “Cuerpo Médico” (Patricia García también aparece en nuestra investigación “Los invisibles tienen plomo en la sangre”).

Arturo Jarama es conocido como el 'Zar de las Vacunas'. Málaga ha declarado que Jarama decidía a quién se vacunaba.

Otros involucrados son: el vicedecano del Colegio Médico, Ciro Maguiña; el director de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Relaciones Exteriores Arturo Jarama, quien en octubre del año 2020 declaraba que era muy difícil traer una vacuna a Perú y mucho más aún su aplicación por ser un medicamento sin garantías de seguridad. Él se inmunizó junto a su esposa, cuñado y suegra. Según Germán Málaga era Jarama junto con Carlos Castillo Solórzano- también es parte de los 847- los que decidieron a quienes se debía vacunar. El ex viceministro de Salud Pública, Luis Suárez Ognio fue inmunizado junto a su esposa, hermana e hijos. También figura el ex médico del dictador Alberto Fujimori, Alejandro Aguinaga, quien se excusa de haberse vacunado junto a su esposa Fabianna Weber por ser personas vulnerables. Llama también la atención la increíble presencia del embajador del Vaticano en Perú el Nuncio Apostólico Nicola Girasoli,  quien fuera inmunizado en el 2021 bajo el rótulo de consultor. El rector de la Universidad Mayor de San Marcos, Orestes Cachay y el vicerrector de investigación Felipe San Martín también fueron inoculados, al cierre de este informe los estudiantes pedían sus respectivas renuncias.

Pilar Mazzetti es quizá quien ha llevado una de las peores partes. El gobierno le quitó las gracias por sus servicios y para la opinión pública ha mentido y la Fiscalía abrirá un proceso en su contra. Su chófer también fue vacunado.

Foto/Ministerio de Salud

Luis Suárez Ognio, viceministro de Salud Pública, se vacunó junto a su esposa, hermana e hijos. Declaró que fue por estrategia. «Pido disculpas si es tomado como algo oculto, aunque no lo fue… nos están tratando como si fuéramos criminales», sostuvo.

Foto/Ministerio de Salud

Víctor Bocangel, ex viceministro de Prestaciones y Aseguramiento en Salud, sostiene que no hubo aprovechamiento de su cargo. Recibió la vacuna en setiembre del 2020.

Foto/Ministerio de Salud

Pilar Mazzetti, ex ministra de salud, explica que se vacunó porque cedió a sus miedos. No es la disculpa que los peruanos esperaban. En la lista también figuran personas que recibieron 3 dosis, Málaga ha dejado entrever que todo era para saber la mayor efectividad de la vacuna, pero no hay sustento científico que lo respalde. Se presume que en la lista faltan nombres.

Hasta el momento las autoridades de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y Germán Málaga han sido destituidos de sus cargos. La Fiscalía de la Nación evalúa la responsabilidad penal de los involucrados, por su parte la Contraloría ha iniciado un proceso de investigación sobre los funcionarios que se han aprovechado del poder que les otorga su alta investidura; mientras tanto el país se agita con la arremetida brutal de lo inesperado.

(Este informe tendrá una ampliación que incluirá al resto de involucrados y la segunda lista . Puedes consultar la primera lista aquí)

Cancas, 1993. Escritor y cronista, estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de Piura. Dirigió y fundó la revista cultural Malos Hábitos (publicación que fue seleccionada por el Ministerio de Cultura para participar en la 1ra edición de la feria La Independiente), sus textos han sido publicados en el Perú y el extranjero. Fue becado por Sembramedia para ser parte de su programa SembraEducativo. Ganador del premio mundial Young Journalist Award 2020 organizado por Thomson Foundation y la FPA (Foreign Press Association London). Recibió la Medalla Institucional de la Universidad Nacional de Piura, alta distinción otorgada por sus méritos periodísticos a nivel internacional.

 

Leandro Amaya Camacho

director y cronista de REVISTA NUBE ROJA

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