Reseña

Irulana y el Ogronte, un cuento peculiar

Contemos los cuentos otra vez...

 Mirtha Chong es maestra de lengua y literatura, además es gerente de la revista Nube Roja, y estudia una maestría de Literatura infantil y juvenil. En este espacio reseñará los cuentos clásicos y nos ayudará a descubrir las nuevas tendencias en literatura juvenil. 

“Irulana y el ogronte” es un cuento de ficción infantil de la escritora argentina Graciela Montes e ilustrado por Claudia Legnazzi. Fue publicado por primera vez en el año 1991.

La historia se desarrolla en pueblo donde los habitantes coexisten con un ogronte. Este escenario es inamovible de inicio a fin y basándonos en lo sustentado por Bajti quien sostiene que un cronotopo es la relación espacio- tiempo donde se entrelazan las acciones y los personajes, se puede manifestar que en el cuento este escenario mantiene una temporalidad lineal. Así mismo, refleja una carga descriptiva constante que permite que el lector construya los espacios del pueblo basándose en las referencias que posee de elementos cercanos (ferrocarriles, calles, árboles, casas, etc.)

Los personajes en el cuento son una protagonista llamada Irulana: ella es una niña de rulos, diminuta en tamaño, que inicialmente denota timidez y temor, pero en el desarrollo de la trama se convierte en una niña valerosa y arriesgada; así mismo tenemos a nuestro antagonista que es el ogronte: él es un personaje dinámico que representa el miedo y el terror, su estado de ánimo es asociado a los constantes cambios de clima (resfrío/ fuertes vientos, felicidad/movimientos telúricos y remezones, llanto/ lluvia e inundaciones) y es presentado como un gigante peludo, grotesco y de enorme cabeza. Además, tenemos al pueblo como un personaje colectivo: durante la historia es presentado como un “todo” que actúa asustadizo de acuerdo a las diversas situaciones- escollos- que se van desarrollando en la historia (por ejemplo, cuando reaccionan frente al impacto de los estados de ánimos del ogronte o cuando huyen despavoridos de la ciudad).

Para situarnos en el desarrollo de la historia, seguiremos la estructura del esquema quinario presentado por Gema Lluch en su libro “Análisis de narrativas infantiles y juveniles”. Así pues, en la situación inicial se presenta a un pueblo donde habitaba un ogronte que acechaba constantemente a la población, ellos debían acoplarse a sus tres estados de ánimos –felicidad/ tristeza/furia- y vivían con el temor de que en algún momento el gigantesco ogronte se enfureciera. El inicio del conflicto se da justamente cuando el ogronte se despierta de dormir furioso y producto de ese irreversible enojo inicia el conflicto en sí. Al enojarse comienza a devorar al pueblo entero (calles, casas, árboles) y sus habitantes deben huir despavoridos por el miedo a ser también tragados. Aparece en este momento la imagen de Irulana, una diminuta niña que se queda observando todo lo que realiza el ogronte, y a pesar del miedo no se mueve ni un centímetro.,

En el momento de la resolución del conflicto, Irulana decide gritar su nombre en medio de la nada y la oscuridad y mágicamente cada letra de su nombre toma vida y fuerza, y atan el cuerpo del ogronte quien yacía dormido después de haber devorado toda la ciudad y lo hunden bajo tierra desapareciéndolo totalmente. Finalmente, la historia se cierra cuando la población regresa a fundar un nuevo pueblo, ahora sin el tan temido ogronte.

Esta maravillosa historia presenta un narrador heterodiegético y utiliza como estrategia discursiva la teoría de la “Cortesía positiva” de Brown y Lewinson para interactuar con el lector implícito y mejorar la comprensión de la narración y acercarlo al desarrollo de cada situación a manera de orientar su experiencia estética.

Este es el cuento recomendado de la semana, puedes encontrar la versión animada aquí.

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