La grave epidemia de dengue en Piura y su relación con el cambio climático
Perú atraviesa una epidemia de dengue que, hasta el 30 de mayo, afectó a 115.949 personas a nivel nacional. Piura, una de las ciudades más impactadas, acumula el 30% de casos y apenas se está recuperando de los estragos ocasionados por el fenómeno El Niño Costero. Especialistas destacan que los cambios ocurridos en el clima y el incremento de la urbanización influyen en la creación de escenarios que facilitan la propagación del vector que transmite el dengue. “Esto es solamente un preludio de lo que va a venir después. Probablemente podría ser peor a menos que tomemos acciones de adaptación y mitigación”, advierten.
Un niño del centro poblado de Malingas (Tambogrande, Piura) camina por las zonas inundadas que generaron las fuertes lluvias provocadas por el Ciclón Yaku. Foto: Malú Ramahí
Por: Xilena Pinedo
“El vector que antes solamente se encontraba a nivel del mar cada día se adapta más a las alturas y eso es preocupante”, cuenta Luis Espinoza, infectólogo del Hospital de Apoyo de Sullana, ubicado en Piura, Perú. Una región costera con un clima cálido y distritos que se distribuyen entre los 7 y 3.275 metros de altitud.
Espinoza trabaja en la atención de pacientes con dengue y destaca que, a diferencia de hace cinco años, aumentó la cantidad de pacientes, se presentaron casos en zonas en las que antes no y todo ello causó que el sistema sanitario colapse. El médico destaca que el incremento de casos no solo se está registrando en la ciudad de Piura sino en todos los distritos de la región.
“Nosotros antes del dengue ya estábamos colapsados. Adicional a eso, al Hospital de Sullana se le ha agregado 60 camas y aún así no es suficiente. En estos momentos, estamos en una etapa crítica”, advierte Luis Espinoza.
Perú presenta un incremento exponencial de casos de dengue. Hasta el 30 de mayo, el país contaba con 115.949 casos notificados. El 30% notificados en Piura. Micaela Pérez, docente piurana de 56 años que vive en el distrito de Castilla, narra la incapacidad del sistema de salud para responder a la alta demanda de atención.
“La epidemia del dengue está afectando a todas las familias piuranas. Yo fui al hospital a que me diagnostiquen y me atiendan, pero no lo logré. Llegué y había una cola inmensa. Yo era la número 60 e iban por la 10. Solo era una doctora la que atendía en un tópico pequeño y se demoraba más de 20 minutos por paciente. Muchos estaban en el piso y no soportaban los malestares. Decidí regresar a mi casa y ver la forma de atenderme en el privado”, cuenta.
Micaela afirma que la grave situación que atraviesan ahora en Piura por el dengue se suma a los estragos ocasionados a inicios del año por el Niño Costero, un fenómeno natural que ocasiona el calentamiento de la superficie del mar y, consecuentemente, el incremento de lluvias.
“La temporada intensa de lluvias que hemos tenido en este último año realmente ha generado un impacto muy fuerte en nuestra localidad. Ha habido inundaciones en viviendas que antes no se habían inundado y las personas han tenido que salir de sus casas porque era peligroso”, añade.
El mismo fenómeno ocurrió en 2017, pero entonces los casos de dengue fueron notablemente inferiores a los actuales. Hasta el 30 de mayo pasado, el país registró 120% más casos que los reportados en el mismo periodo en 2017. La región de Piura, por su parte, reporta más de 10% de lo registrado ese año.
La complicada situación no solo evidencia la precariedad del sistema de salud peruano, sino la falta de preparación ante el cambio climático. El mismo es ocasionado por las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la quema de combustibles fósiles.
Pese a que Perú emite solo 0,38% de los gases de efecto invernadero a nivel mundial, es una de las naciones más vulnerables a los efectos del cambio climático como lo demuestra un reciente estudio publicado en The Lancet.
Por ello, Gabriel Carrasco, epidemiólogo de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), destaca la urgente necesidad de que Perú se prepare para futuros escenarios climáticos. Dicha preparación incluye también la transición hacia energías más limpias. Este país, desafortunadamente, presenta avances insuficientes, de acuerdo con un análisis de la plataforma Climate Action Tracker.
El cambio climático que favorece la propagación del dengue es ocasionado por las emisiones de GEI provenientes de la quema de combustibles fósiles. Foto: Andina
Dengue y su estrecho vínculo con el cambio climático
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte sobre los estrechos vínculos entre los cambios en el clima y la salud. Este 24 de mayo, un grupo de expertos en salud afirmó, en una mesa redonda, que el cambio climático constituye uno de los mayores desafíos de salud del siglo.
“Está trayendo eventos climáticos extremos más mortales, aumentando las enfermedades no transmisibles y facilitando la aparición y propagación de enfermedades infecciosas”, advirtieron.
Willy Lescano, director del Centro Latinoamericano de Excelencia en Cambio Climático y Salud de la UPCH, explica que el dengue es una de esas enfermedades cuya propagación es favorecida por factores ambientales.
El especialista que trabaja actualmente en Piura explica que el incremento de la temperatura contribuye a la creación del escenario ideal, conocido como idoneidad climática, para el crecimiento del vector (el mosquito aedes aegypti) y para la replicación del virus que causa el dengue.
“El informe de Lancet Countdown Sudamérica muestra que la idoneidad climática para enfermedades transmitidas por aedes aegypti ha estado incrementándose sostenidamente en las últimas décadas”, remarca.
En esa línea, Pérez resalta que en toda su vida viviendo en Piura ha podido sentir el aumento de las temperaturas. La docente recuerda que cuando estaba en el colegio durante los meses de marzo y abril todos solían llevar abrigos. Sin embargo, ahora ya no es así.
“Estamos en junio y sentimos un calor intenso. Estas temperaturas no las hemos sentido antes y nos afectan, a pesar de que tenemos un nivel de tolerancia al calor”, destaca.
Además de esos condicionantes, el epidemiólogo Carrasco explica que existen dinámicas sociales que favorecen también la creación de espacios para la reproducción del vector y para la propagación del virus. El primero de ellos está vinculado a las conductas de almacenamiento de agua que pueden dar lugar a la creación de criaderos del vector.
“Si bien hay una asociación muy fuerte entre tener agua potable y tener mayor incidencia de dengue. Las personas pueden tener agua potable, pero a pesar de ello siguen almacenando el agua en baldes o en otros recipientes, porque el servicio no es constante a lo largo del día”, resalta.
Ello ocurre en Piura, pues, de acuerdo con Pérez, en algunas zonas del distrito de Castilla la presión es muy baja y el agua solo viene por horas. “Eso nos hace vivir una situación muy difícil en todo Piura”, dice.
Gabriel Carrasco destaca que otro de los aspectos que contribuyen a la propagación de la infección reside en el crecimiento poblacional y la expansión urbana. El investigador explica que muchas zonas están empezando a ser densas, lo que quiere decir que más personas viven en la misma zona urbana.
“Este proceso de urbanización produce un cambio en la composición ambiental y este cambio genera interacción con los mosquitos y, finalmente, con la enfermedad”, remarca.
Madre e hijo del distrito de Veintiséis de Octubre (Piura) de pie sobre lo que alguna vez fue su hogar. Foto: Malú Ramahí
Piura, el escenario ideal para el dengue
Los datos actuales y la experiencia de los profesionales trabajando en Piura evidencian cambios en la aparición de casos de dengue a lo largo de la región. Pese a que la infección es frecuente en algunas zonas de Piura en temporada de verano, los cambios en las condiciones ambientales y en las dinámicas sociales contribuyeron a que la región atraviese el actual aumento de casos.
Claudia Quezada, infectóloga piurana, pone como ejemplo el distrito de Sechura, cuyos casos se mantuvieron por debajo de los 100 desde 2017 hasta 2021, pero que a partir del año pasadose registraron más casos y fallecidos por esta enfermedad. “(Anteriormente) hemos visto brotes de dengue, pero no tan intensos como esta vez”, afirma.
Una situación similar cuenta su colega del Hospital de Sullana, Luis Espinoza, quien afirma que, en los últimos años, los distritos de Paima y Suyo registraron casos de dengue, algo que no ocurría antes. “Eso nos preocupa porque Paima ya está en una altura considerable y el vector cada vez se adapta más”, agrega.
En efecto, las cifras del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC) demuestran que, la actual epidemia de dengue está afectando al 90% de distritos de la región e incluye a nuevas zonas en las que no se registraron infecciones en los últimos cinco años. Tal es el caso de los distritos de Ayabaca, Montero y Canchaque que registraron infecciones recién este año. Además, los distritos de Suyo, Huancabamba y Bellavista de la Unión reportan casos desde el año 2022.
Los expertos afirman que frente a los cambios en el ambiente y en la movilidad de las personas, situaciones similares podrían repetirse a futuro. “Esto es solamente un preludio de lo que va a venir después. Probablemente podría ser peor a menos que tomemos acciones de adaptación y mitigación”, advierte el director del Centro Latinoamericano de Excelencia en Cambio Climático y Salud, Willy Lescano.
El especialista teme que en un futuro la transmisión del virus no regresará a niveles bajos, sino que se mantendrán altos debido a los períodos de altas temperaturas. “Si la temperatura no baja mucho puede haber transmisión sostenida por más tiempo y al reiniciarse las temperaturas altas nuevamente podría pasar que la siguiente temporada de dengue sea más temprana”, explica.
Por ello, Gabriel Carrasco resalta la importancia de que los sistemas de alerta meteorológica colaboren con los de alerta epidemiológica. “Nuestros contribución determinada a nivel nacional (NDC) —es decir, los compromisos climáticos que asume el país— tienen que enfocarse en temas de adaptación y en cómo hacemos para afrontar el problemón que se nos viene encima. Va a haber más dengue todos los años entonces es necesario tener un sistema que me va a decir, al menos, con un mes de anticipación donde va a explotar el brote”, advierte.
© 2023 Este texto fue producido con el apoyo de Climate Tracker América Latina