Es una escena típica: dos peruanos acaban de chocar sus vehículos. No se sabe cuál de los dos ha sido el más imprudente o el más responsable por el accidente, pero ambos descienden furibundos y empiezan a acusarse mutuamente: “Indio de m… ¿dónde tienes los ojos?”, “¡Calla, guanaco…!”. Ambos tienen rasgos autóctonos, pero cada uno considera que el otro es inferior. ¿Por qué los insultos de carácter racista son de los más usados por los peruanos? Tal vez por su efectividad, por su capacidad para herir ¿Por qué peruanos de la misma condición racial se insultan empleando sinrazones que de ser válidas los afectarían a ellos mismos? El racismo en nuestro país no solo es multidireccional, sino también autorracismo.
Sin embargo, no es de este tipo de racismo de que trata este artículo, sino del otro, del que aparece camuflado en nuestro lenguaje cotidiano, y que por no estar acompañado de una violencia o agresividad evidentes, como en la escena anterior, es imperceptible no solo para quien lo emplea, sino también para quien es víctima de él. Justamente por ser un racismo silencioso y asolapado es mucho más peligroso, porque indica que está tan enquistado en nuestros esquemas mentales que es una parte esencial de nuestra idiosincrasia y determina negativamente nuestra forma de interrelacionarnos.
Siguiente escena: alguien habla acerca de lo exitoso que es Juan. “Mira que ya es profesional, ha estudiado en el extranjero, está a cargo de la dirección de…” y de pronto se oye la infeliz frase: “… y lo vieras… es un cholito…”. Pregunta: ¿Por qué debe ser sorprendente que una persona de rasgos autóctonos, que es reconocido como “el cholito”, sea exitoso? Será tal vez porque de manera inconsciente manejamos un estereotipo en el que la capacidad, la inteligencia, el don de mando, e incluso la belleza (Basta revisar la publicidad en nuestro país para comprobarlo) se asocia no con lo indígena, sino con el modelo blanco.
Al grupo de las frases en las que lo blanco es valorado por encima de lo indígena o lo afro, pertenecen: “Trabajar como negro para vivir como blanco” o “¿De qué te quejas?… ni que fueras blanca”. Son expresiones que revelan una mentalidad racista en la que se pretende que ciertas cualidades sean inherentes a ciertos grupos raciales. En esta mentalidad “El cholo es bruto, ratero u oportunista”, “El serrano es tapado y terco”, “El negro es tosco y cochino”. De este tipo de esquemas se desprenden frases como “Indio (o serrano) tenías que ser”, “Lo hicieron cholito” (en la que ser cholo es equivalente a ser tonto), “Chola igualada” (que en cuanto se pronuncia jerarquiza como superior a quien la pronuncia y como inferior a quien la recibe) o la cotidiana: “Se le salió el indio” en la que se identifica la dimensión violenta y agresiva de una persona con su parte indígena. Nadie usaría “Se le salió el blanco”.
Un grupo aparte lo constituyen las frases en las que el modelo blanco es identificado con lo bello. En la conformación de este estereotipo ha jugado y juega un papel importante la publicidad que en su gran mayoría no muestra un pelo de nuestra diversidad racial, sino que identifica el éxito, la felicidad y hasta lo estético con lo blanco. Es una publicidad que nos es ajena, que se coloca de espaldas y niega a nuestro Perú real y rico en su diversidad. De esta percepción estereotipada se desprenden frases como “Es morena, pero bonita”, “Es una chica bonita, blanquita…” o “Vas a mejorar la raza” que se usa cuando una peruana va a casarse con alguien más blanco que ella. De esta frase se desprende el opuesto: que de casarse con alguien de rasgos indígenas o afros estaría “empeorando” o “desmejorando”, si prefieren, la raza.
La discriminación racial también se ejerce contra los pobladores de la sierra y se manifiesta en una serie de actitudes que pueden ser de burla frente a su acento o de desvalorización de sus costumbres (la música de la sierra, por ejemplo, cuya preferencia suele estar estigmatizada, y es vista con desdén, lo que genera que a quienes la prefieran les cueste aceptarlo) y, por supuesto, en ciertas frases desafortunadas; algunas de las cuales incluso tienen carácter de frase popular como “No hay animales más ingratos que palomas, serranos y gatos”. Huelga decir que estamos hablando de una comparación insultante en la que un grupo étnico es equiparado a algunos animales. Frase a la que se suman otras como “Recién ha bajado del cerro”, “De dónde eres para ir a dejarte” o “Serrano patas con queso”.
Ya habíamos dicho que el racismo en el Perú es multidireccional, lo cual quiere decir que lo ejercen los “blancos” contra los “cholos”, los “indios”, los “negros” y los “chinos”; pero también los “cholos” y cada uno de los grupos mencionados contra todos los demás: sin embargo, ninguno de ellos reviste mayor gravedad en nuestra opinión que el racismo autoinflingido, el autorracismo presente en frases como “Chola igual a mí” que se usa cuando en una situación de tensión social se quiere disminuir al otro, “bajarle la moral”, como si se le dijera: “De qué te quejas o qué reclamas, si también eres chola como yo, es decir, ambas valemos menos y no tenemos las mismas facultades (o derechos) que el resto”.
Reflexionar sobre el lenguaje cotidiano es una forma sencilla de conocer la manera en que piensan las personas. Los prejuicios se agazapan en el subconsciente y se revelan de manera inconsciente en las palabras y frases que usamos a diario. ¿Usa usted algunas de estas frases?, ¿cree que debería seguir usándolas?
Catedrático y narrador. Primer puesto en el área de cuento y poesía en los Juegos Florales de la Facultad de CCSS y Educación de la UNP (2001); Primer puesto en el área de cuento en el mismo certamen (2003). Ganador del Concurso de Cuentos para Escritores Noveles organizado por la Editorial Pluma Libre (2007). Publicaciones: poesía: Haykus (Edit. Hesperya, Asturias, 2008), Es la garúa (Edit. América, Lima, 2012); cuentos: Ciudad Acuarela (Edit. Altazor, Lima, 2013) y Perra memoria (Edit. Lengash, Piura, 2015).
FELICITACIONES PAISANO JOSÉ. LA PURA Y CRUDA REALIDAD SOBRE RACISMO. Y NO ES NUEVO. ES PARTE DE NUESTRO HABLAR Y DE NUESTRA CULTURA ANCESTRAL Y COTIDIANA. TAREA DE TODOS SUPERAR COMPLEJOS Y FALSAS SUPREMACÍAS.