Es importante reconocer cuál es la dinámica del fútbol, cómo se siente, cómo se juega, cómo uno muere con un gol y vuelve a revivir con otro, cómo es que nos ocasiona mini infartos, rabietas, lágrimas y sonrisas, así podremos concluir que no es un deporte de distancias, ni dentro ni fuera de la cancha. Esto ocasiona que su retorno – suspendido desde el inicio la pandemia- sea incierto y dudoso, más aún cuando se habla de variar costumbres, alejarnos los unos a los otros y evitar aglomeraciones. Es indudable que son los aficionados quienes dan color al deporte más popular, por ellos se mantienen en pie todos los clubes del mundo. ¿Entonces cómo haremos ahora? ¿Ya no habrá más abrazos entre desconocidos en los estadios? ¿Se extinguirán las largas colas para ingresar a los recintos deportivos? ¿Se esfumarán los fines de semana en los bares para celebrar la victoria con los amigos? Son demasiadas preguntas sin respuestas cercanas.
Los especialistas indican que todo cambiará, incluso cuando encontremos la vacuna nos veremos obligados a seguir distanciados manteniendo un orden necesario. En Alemania han querido adelantarse un poco a esta futura “normalidad”. La Bundesliga reanudó sus actividades sin hinchas, y los entrenamientos de los jugadores son herméticos, a puertas cerradas. Hasta el momento ya se van disputando 5 fechas del torneo alemán, los aficionados gritan los goles desde sus casas.
En nuestro fútbol nacional, las cosas no son tan sencillas. No solo nos enfrentamos al embate del Covid-19, sino a un delicado problema de ordenamiento en las estructuras de los clubes, la informalidad y el poco criterio de los dirigentes es evidente; ahora todas esas falencias se han vuelto más complejas por lo que no se sabe si es viable el reinicio de una nueva era. Son muchos los temas por solucionar dentro de los clubes, como ejemplo podemos mencionar a Universitario de Deportes, club que viene afrontando más de 20 años de crisis generadas por el mal manejo de los dirigentes, y que hoy ha enviado a suspensión perfecta a todos sus jugadores y trabajadores. El Estado Peruano prometió ordenarlo hace 8 años, sin embargo, observamos que dicha salida trajo consigo consecuencias que hacen más latente una posible liquidación ilegítima del club; todos estos años las administradoras concursales temporales solo han creado deudas exorbitantes y mucha incertidumbre sobre el futuro del emblemático y popular equipo crema.
Otros puntos que nos impedirían reanudar la Liga 1, la Liga 2 y la tan popular Copa Perú – de estas dos últimas ningún dirigente se ha manifestado en sus entusiastas discursos de retorno- son: la infraestructura de los estadios en provincia, las condiciones precarias de las ciudades y la falta de servicios básicos en la mayoría de hogares en el interior del país. Aunque no lo creamos así de sistémico es el fútbol. ¿Cómo siquiera podemos fantasear con la idea de los estadios llenos de gente si muchos de nuestros hinchas viven en condición de pobreza y no tienen agua potable en sus casas? Son millones de familias que no cuentan hasta hoy con los servicios básicos de calidad indispensables para todo ciudadano. Así que, si no se adoptan las medidas preventivas correspondientes el fútbol peruano se puede llegar a convertir en un foco de infección en cuestión de días, es por ello absurdo pensar en reanudar actividades.
Por el momento seamos optimistas y aguardemos con calma, tal vez el próximo año volveremos a las tribunas. Seguramente se tendrá en cuenta un aforo del 50% en las tribunas, todas las entradas serán adquiridas de manera digital, el ingreso a los estadios será más ordenado, por distintas puertas y en grupos. Quizá hasta los bares se reinventen. Paulatinamente iremos adoptando esta convivencia por el bienestar de todos.
Como hinchas peruanos también tenemos un gran reto, como dijo Mosquera: El fútbol puede ser también una herramienta de cambio social. Así que, aunque no somos como el desarrollado torneo de Alemania, debemos hacer todo lo posible por salvar nuestro fervoroso y popular torneo peruano, para ello debemos aceptar las nuevas costumbres que vendrán, pero también es fundamental que presionemos a nuestros gobernantes y dirigentes deportivos; como hinchas seamos el color y el motor que necesita nuestra sociedad para vivir en armonía, goleemos a la impunidad que mucho daño nos hace y aunque estemos separados por el virus mantengámonos juntos para luchar por una sociedad más justa e igualitaria. Guardemos la calma, reclamemos derechos, exijamos los protocolos adecuados y cuidémonos para que siga rodando la pelotita.
(Piura, 1992) Luis Franco es comunicador social, egresó de la Facultad de Educación en la Universidad Nacional de Piura. Aspira convertirse en un reconocido periodista deportivo, es además un hincha-activista del Club Universitario de de Deportes.